¿Qué hay que hacer para ser abogado laboralista?
28 septiembre, 2017 - Mayka Jimenez
El Derecho tiene muchas y diferentes ramas en las que te puedes especializar, pero el abogado laboralista es una de las profesiones más valoradas del sector. Eso se debe a que todos en algún momento hemos tenido un problema de tipo legal en el trabajo, y es entonces cuando apreciamos de verdad lo importante que es conocer bien la legislación que resulta de aplicación.
Aunque hoy en día esta profesión es valorada y respetada, lo cierto es que en el pasado dedicarse a defender los derechos de los trabajadores no era tan sencillo. De hecho, durante el Franquismo estos profesionales estaban entre la espada y la pared, ya que eran muy apreciados por la clase obrera, pero vistos con recelo por parte de los poderes públicos.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces y hoy en día los letrados especializados en temas legales están entre los más valorados dentro y fuera de la profesión.
Tabla de contenidos
¿Qué hace un abogado especializado en Derecho Laboral?
Este profesional se encarga de todos los aspectos relacionados con la legislación laboral y la defensa de los derechos de los trabajadores. Puede intervenir en procesos de:
- Acoso laboral.
- Despidos y sanciones.
- Cuestiones de Seguridad Social: pensiones, incapacitaciones, etc.
- Expedientes de Regulación de Empleo.
- Accidentes de trabajo.
- Asesoramiento laboral a trabajadores y/o empresas.
- Procedimientos judiciales relacionados con el trabajo: conflictos sobre vacaciones, movilidad geográfica, etc.
Las características de un buen abogado laboral
Como vamos a ver, para poder ejercer tu profesión como abogado en el campo del Derecho Laboral vas a necesitar una amplia formación en temas legales, pero no es lo único que se te va a exigir.
Además de la formación teórica en temas legales, debes desarrollar otro tipo de competencias. Entre ellas destaca especialmente la capacidad de negociación, puesto que una parte importante de tu trabajo será intentar alcanzar acuerdos.
También es importante saber tratar con los clientes y ser capaz de explicarles las cosas para que ellos las puedan entender. Hay que tener en cuenta que un trabajador normalmente no va a entender determinados términos jurídicos que habrá que explicarle.
Para una buena actuación ante los tribunales hace falta tener una mente ágil y ser capaz de argumentar para poder exponer los hechos de la manera más favorable al cliente.
Hay personas que tienen un don innato para la negociación y la argumentación, e incluso mucho don de gentes, pero si no las tienes o no las has desarrollado lo suficiente eso no significa que no puedas ser abogado. Existen multitud de cursos que te pueden ayudar en este sentido. Puedes desarrollar habilidades y capacidades específicas con cursos de oratoria, para perder el miedo a hablar en público, sobre estrategias de negociación, atención al cliente, etc.
Hay que tener en cuenta que hoy en día hay mucha competencia dentro del campo jurídico, por lo que no está de más que los abogados tengan algunos conocimientos en materia de marketing para poder promocionar sus servicios. Puedes leer más sobre este tema en nuestro artículo «La importancia del marketing jurídico para los abogados».
Pasos para ser abogado laboralista
Si te apasiona el Derecho Laboral y tienes claro que deseas ejercer tu profesión dentro de esta rama, lo primero que debes tener claro es que te va a hacer falta obtener el Grado en Derecho (titulación que sustituye a la antigua Licenciatura), que tiene una duración total de cuatro años.
Cada universidad tiene su propio plan de estudios, pero lo normal es que la materia laboral no se empiece a estudiar hasta segundo o tercero. Antes es necesario que los alumnos reciban formación en otros conceptos legales y procesales básicos que les ayuden a entender mejora la normativa laboral.
Una vez finalizada la carrera todavía no puedes dar tu primer paso hacia el mundo laboral. Los últimos cambios en el sistema educativo establecen que la formación universitaria debe completarse de forma obligatoria con un master, que suele tener una duración de entre año y año y medio.
Eso sí, puedes aprovechar el master para ir especializándote en la materia que más te guste. En este caso la legislación laboral.
Debes tener en cuenta que la competencia en el campo de la abogacía es elevada y debes ser capaz de ofrecer a los despachos o empresas que buscan abogados algo que no pueda ofrecer todo el mundo. En este sentido no está de más que sigas formándote por tu cuenta con cursos de Derecho Laboral. Puedes especializarte por ejemplo en Seguridad Social o en Negociación Colectiva.
A estas alturas seguro que ya sabes que el inglés es esencial, así que procura tener el máximo dominio posible del mismo. Tienes a tu disposición una gran cantidad de cursos online y presenciales que te ayudarán en este objetivo.
Y después de todo esto todavía te queda un último paso: aprobar el Examen de Acceso a la Profesión de Abogado, del que suele haber una o dos convocatorias por año.
¿Qué es el Examen de Acceso a la Abogacía?
Es una prueba obligatoria desde el año 2013 para poder trabajar como abogado. La convoca el Ministerio de Justicia y si no la apruebas no puedes colegiarte, por lo que no puedes trabajar como letrado.
Se trata de un cuestionario con 75 preguntas divididas entre materias comunes y materias específicas según la especialidad que hayas escogido.
En las materias comunes hay cuestiones esenciales como:
- Deontología profesional.
- Honorarios.
- Tutela judicial efectiva.
- Sistema jurisdiccional de la Unión Europea.
Las especialidades que se ofrecen son cuatro:
- Civil y mercantil.
- Penal.
- Administrativo y contencioso-administrativo.
- Laboral.
En caso de suspender la prueba tendrás que esperar a futuras convocatorias para poder presentarte de nuevo. No existe un número máximo de veces que puedes presentarte, así que puedes intentarlo hasta que lo consigas.
Trámites para convertirte en letrado
Después de aprobar el último examen debes cumplir con una serie de requisitos administrativos para poder ejercer tu profesión, el más importante de ellos es colegiarte en el Colegio de Abogados de tu elección, que normalmente suele ser el del lugar en el que vas a llevar a cabo tu trabajo de forma habitual.
Si en ese momento todavía no tienes trabajo puedes colegiarte como no ejerciente, así las cuotas a pagar serán menores. Una vez que tengas trabajo puedes hacer un cambio en tu situación de colegiado y pasar a estar como ejerciente.
El acceso a la profesión de abogado
Una vez que has superado todas las pruebas teóricas para convertirte en abogado laboralista es momento de enfrentarse al mercado laboral.
Lo bueno de la profesión de abogado es que siempre tienes la opción de trabajar por tu cuenta y montar tu propio despacho. Pero esto no es una buena opción cuando acabas de empezar.
En tus primeros años seguramente tendrás que conformarte con contratos de prácticas en despachos más o menos grandes. La figura del Pasante ya no existe, pero lo habitual es empezar poco a poco, desarrollando tareas básicas como labores de documentación para los letrados del despacho.
Con el tiempo las responsabilidades se van ampliando hacia la redacción de demandas y otros documentos, trato directo con clientes, elaboración de estrategias de defensa y por último defensa de los clientes ante los tribunales.
¿Qué tipo de relación laboral te espera?
El tema de la relación laboral entre los abogados y la empresa o despacho para el que trabajan siempre es un tema complicado y espinoso.
Si trabajas directamente para una empresa integrándote en su área laboral y de Recursos Humanos lo más común es que te hagan un contrato de trabajo. En cuanto al salario, depende mucho del tipo de empresa de que se trate, pero en la gran mayoría de los casos se aplica el salario que viene determinado según el Convenio Colectivo que resulte de aplicación.
En el caso de abogados que trabajan en despachos profesionales lo más común es que tengan que darse de alta como autónomos. En muchos casos se trata de falsos autónomos, ya que suele existir una relación de dependencia entre el propietario del bufete y el abogado, lo que es más próximo a una relación laboral que a la relación entre un autónomo y su cliente.
Este tema se ha intentado regular en varias ocasiones, pero por el momento no se ha encontrado una solución satisfactoria. El resultado es que los abogados tienen que hacer frente a importantes gastos para ejercer su profesión, entre ellos la cuota al Colegio de Abogados, la mutualidad y la cuota de la Seguridad Social. (Post recomendado: obligaciones legales de los autónomos)
El salario cuando un abogado trabaja como autónomo en asociación con un despacho normalmente no está predeterminado. Suele haber una parte fija y otra variable en función del número de clientes, casos llevados y otros factores. Además, no se trata de una nómina, sino que el abogado debe emitir una factura al despacho para el que trabaja.
La importancia de una formación constante
Como has podido comprobar, llegar a ser un buen abogado de temas legales exige tener capacidad de sacrificio y trabajo. Pero además debes tener en cuenta que cuando entras en el mundo laboral no se acaba la necesidad de formarte.
El Derecho es algo vivo que evoluciona a medida que lo hace la sociedad, de ahí que siempre esté en constante cambio. Y dentro de sus diferentes ramas una de las que más cambia es el Derecho Laboral.
En los últimos años hemos sido testigos de diferentes reformas laborales que han dejado un panorama para empresas y trabajadores muy diferente al que había hace una década.
Esto implica que una de tus obligaciones como abogado va a ser estar siempre en constante formación para que no se te pase por alto ninguna de las novedades legislativas.
La orientación al cliente ante todo
Con una sólida formación, a medida que vayas ganando experiencia podrás llevar todo tipo de casos relacionados con el ámbito laboral. Pero no debes olvidar nunca que la base de tu trabajo son los clientes.
Un proceso judicial se puede ganar o perder, pero al final lo importante es que el cliente se vaya con la sensación de que ha sido correctamente atendido y se ha hecho por él todo lo posible.
No sólo tus jefes, también los clientes del despacho van a juzgar tu actuación. Así que debes procurar siempre seguir los criterios éticos propios de la profesión que has elegido y prestar a tus defendidos la atención que merecen.
Esto no sólo te ayudará a ejercer mejor tu profesión, sino que además te ayudará a mejorar tu reputación. En un ambiente tan competitivo tener una buena reputación entre la clientela es una de las cosas que más se valoran. Un cliente satisfecho te recomendará y eso siempre implica más trabajo para ti.
Desarrollar una carrera profesional no siempre es sencillo, pero al final el esfuerzo suele merecer la pena. Te animamos a que te tomes en serio tu formación y seguro que llegas a la meta que deseas. Mientras tanto, no te pierdas estos consejos para tu carrera laboral de la mano de algunas de las personas que más éxito han conseguido a nivel mundial. Son una fuente de motivación y seguro que te inspiran a seguir adelante para lograr tus objetivos. Y no dejes de echarle un vistazo a nuestro artículo sobre «Cómo ser un abogado de éxito en la era de la tecnología 5G».
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