Robots: Cuarta Revolución Industrial
17 marzo, 2017 - Maria Diaz
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¿Qué sabemos de los robots?
“¿Qué sabemos de los robots?” fue el tema elegido para la sesión T+ de la Casa de América en Madrid celebrada este mismo lunes 13 de enero. En ella Concepción Monje, Pablo Noriega y Andrés Ortega analizaron “las implicaciones sociales, tecnológicas y políticas de la presencia de los robots en nuestra vida cotidiana”, según los organizadores del evento.
Robots: presente y futuro. “Hacia una sociedad Robótica”
Concepción Monje fue la encargada de inaugurar el turno de ponencias con el tema “Hacia una sociedad Robótica”. Su experiencia presente como científica e investigadora del Robotics Lab de la Universidad Carlos III de Madrid le lleva a afirmar que “la robótica está empezando” y que, al menos, a nivel mecatrónico solo “estamos en la fase inicial en la que un conjunto de hierros se mueven”.
Esta experiencia cotidiana en el laboratorio de Monje contrasta, según ella misma, con “la visión catastrofística futurista de la robótica que tiene el ser humano del presente”. Para la investigadora y científica es “absurdo” pensar que los robots dominarán el mundo y aniquilarán a los seres humanos.
“Me preocupa mucho la visión negativa que se tiene de los robots. Se habla incluso de ponerles un “botón de la muerte”. Para mí significa dos cosas muy importantes y serias. Si hablamos de “botón de la muerte” suponemos que el robot tiene vida y presuponemos, además, que el robot va a hacer el mal”. Concepción Monje.
Ante esta predisposición negativa de una mayoría de la opinión pública, Monje defiende “romper una lanza a favor de todas las posibilidades que nos brindan la robótica y la tecnología para no perder la oportunidad de beneficiarnos en muchos de los campos en los que nos puede ayudar la robótica”.
La científica e investigadora alerta de que el posicionamiento contrario a la implementación de la presencia de los robots en diversas áreas del desarrollo de la vida humana conlleva otras preocupaciones, más allá del citado “botón de la muerte”. El temor a la destrucción masiva de empleos es la más destacada de todas esas preocupaciones.
“Es cierto que vamos a sufrir una mutación de tipos de trabajos. Vamos a dejar de realizar ciertos trabajos porque los van a poder realizar robots por nosotros pero esto no tiene porqué ser algo malo. Lo que hay que hacer es tomar las medidas necesarias para que la sociedad se adapte a ese cambio”. Concepción Monje.
Monje cree que será posible realizar una reconversión de los puestos laborales destruidos hacia nuevos puestos que surgirán de la cambiante realidad socio-económica. “Hace poco no teníamos webmasters, nadie pensaba dedicarse a crear páginas web o a ser administrador de redes sociales. Ahora existen esos trabajos”, puso como ejemplo Concepción Monje. En este sentido señaló que “más que la robótica son las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) las que están revolucionando el mundo”.
La investigadora y científica enmarca todos los cambios que se producen al amparo de la tecnología dentro de la transición robótica. “Desde la sociedad hay que hacer el esfuerzo de entender que los tiempos cambian y que esos cambios se tienen que asimilar desde la formación con nuevos planes de estudio que incorporen el lenguaje digitacional”, porque, continúa Monje, “de esa manera la transición será mucho más suave”.
“No es lo mismo el uso de la tecnología que el entendimiento de la tecnología. Muchos pueden usarla y pocos entenderla y es precisamente en esto en lo que hay que formar a la gente para que en un futuro podamos sobrevivir a la Revolución Tecnológica”. Concepción Monje.
La científica defiende generar y mantener una actitud positiva hacia la tecnología y los robots. “Los científicos tenemos mucho que hacer en esta línea. Divulgar entre la sociedad con un lenguaje comprensible qué es lo que existe para incentivar una observación real y no catastrofística”, concluyó su exposición Concepción Monje.
Inteligencia artificial: herramienta coherente
Una vez contrastada una visión futurista colectiva de los robots con una visión científica del presente a cargo de la investigadora Concepción Monje, le llegó el turno a Pablo Noriega, quien aportó al debate sobre robots y futuro sus conocimientos sobre cómo será “La Convivencia con Inteligencias No Humanas”.
“La Convivencia con Inteligencias No Humanas”
Pablo Noriega es investigador del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Barcelona. Al igual que su predecesora en el acto, Concepción Monje, argumentó a favor de acabar con la visión negativa de la inteligencia artificial.
“Voy a hablar de inteligencia, de inteligencia artificial, de robótica y de aprendizaje automático como un conjunto de términos que tienen que ver con un mismo hecho, que es la posibilidad de los humanos de crear tecnologías que son relativamente inteligentes y autónomas y que, por tanto, tienen efectos sustanciales en la vida cotidiana”. Pablo Noriega.
Noriega refirió durante su discurso que había elegido el concepto de “inteligencias no humanas” para hacer notorio el hecho de que el ser humano está acostumbrado a convivir con inteligencias no humanas. “No quiero hablar de Frankenstein ni de Robocop, quiero hablar de cosas sensatas. Cualquiera que haya tenido un perro sabe que el perro lo entiende”, dijo el investigador.
En los últimos años diversos estudios realizados con animales han demostrado que la capacidad cognitiva, según la escala de Piaget, de algunos de estos seres vivos es comparable a la de un niño de cinco años de edad. “La urraca es un bicho con un cerebro chiquitito y sin embargo podemos decir que es un ente que conoce. No digamos los elefantes y los primates”, afirmó Pablo Noriega.
El ser humano no solo es capaz de convivir con este tipo de inteligencias no humanas, sino que también posee la capacidad de crearlas. En palabras de Noriega “hemos construido máquinas que son diestras” con las que interactuamos día a día, como el irobot roomba, para la limpieza del hogar, o drones para optimizar las labores agrícolas de regado y de fertilización.
“Me impresionó mucho ver en nuestro laboratorio cómo una tesista acariciaba a un robot muy elemental con forma de perro mientras explicaba su trabajo. Lo hizo porque desarrollamos vinculaciones afectivas con estas máquinas. Esto será parte de nuestra vidas social queramos o no”. Pablo Noriega.
En este sentido, lo que facilitará la convivencia entre el hombre y los robots es, para Noriega, no temer la implementación de esta inteligencia artificial, no humana según el propio investigador, en la vida cotidiana puesto que “este tipo de tecnología es la herramienta coherente que ordena y coordina la inmensidad de información que produce el ser humano”.
Pablo Noriega considera que los últimos cinco años han sido clave en materia de investigación sobre inteligencias artificiales y robots porque “se han llegado a hitos significativos” y, que muy probablemente, “este proceso de aceleración siga siendo cada vez mayor”.
“Estamos enfrentando el problema de Robocop o de Frankenstein. Vislumbramos un montón de posibilidades y de riesgos pero no tenemos la más remota idea de cómo contender con ellos”. Pablo Noriega.
En este sentido, Noriega defiende la labor de científicos, ingenieros y profesores a la hora de explicar la transformación tecnológica para que la sociedad en general entienda qué es lo que está pasando, aunque reconoce que es “muy difícil saber lo que va a pasar y predecir la evolución de esta tecnología porque siempre surgen usos inesperados”. “Nadie se esperaba que Facebook le diera cabida a 1.200 millones de personas o que Google lo usáramos todos y cambiara la noción de publicidad con la introducción del pagerank”, dijo el investigador.
Distintas entidades europeas y locales ya están poniendo en marcha iniciativas legislativas en materia de robots que den una respuesta a la pregunta de “¿cómo nos podemos adaptar a esa naturaleza en la que vamos a estar evolucionando con entidades que antes no existían?”.
Noriega responde a esta cuestión, y cierra así su intervención, proponiendo la lectura de “La mutación sentimental” de Carme Torras, “una novela deliciosa que plantea las preguntas que me gustaría hacerme a mi mismo y que se hicieran todos ustedes”, concluyó Noriega.
Robots: Sociedad 5.0
El tercer y último tema de la sesión de T+ de la Casa de América sobre robots y futuro versó sobre la convergencia entre seres humanos e inteligencias artificiales en el plano laboral. “Empleo: esta vez es diferente” fue el objeto de análisis elegido por Andrés Ortega para clausurar el acto.
“Empleo: esta vez es diferente”
Andrés Ortega es periodista y escritor. A finales del año 2.016 publicó el libro “La imparable marcha de los robots”. En él estudia las posibles consecuencias de la progresiva digitalización de la vida cotidiana. La introducción de robots cada vez más operativos en el ámbito laboral es uno de los ejemplos que más suspicacia e incertidumbre genera a nivel social.
“Estamos en la Cuarta Revolución Industrial. Es la confluencia de los avances en digitalización, conectividad, inteligencia artificial, big data, sensores y las capacidades de la nanotecnología. Esta revolución es imparable, irreversible, relativamente imprevisible, indispensable, positiva y negativa”. Andrés Ortega.
Según el escritor estamos viviendo un cambio de paradigma social y económico “que plantea serios problemas” por el alcance de la revolución debido a su automatización y la “capacidad de las máquinas de pensar por sí solas”. Ortega afirma que esta vez es diferente y que no se repetirá la pauta recurrente de que “hasta ahora el progreso tecnológico siempre ha sido generador de empleo”.
Respalda sus argumentaciones en estudios realizados por organismos como el Foro Económico Mundial. Según datos de esta misma fundación, referidos por Andrés Ortega, .“la automatización y la inteligencia artificial destruirán en los próximos cinco años siete millones de empleos en los 15 países que lideran la economía mundial, creando solo dos millones de empleos”
“Si la automatización había afectado a las clases trabajadoras, o cuellos azules, ahora afectará a trabajadores de cuello blanco o trabajadores de clase media. Esto va a generar desigualdades sociales de impacto geopolítico y geosocial que amenazarán la estabilidad política de muchos sistemas”. Andrés Ortega.
Según el escritor durante el siglo XXI viviremos un nuevo proceso de globalización que se caracterizará por la “inmovilidad de las personas y la movilidad de tareas y empleos”. Así, Ortega clasifica los tipos de empleo en cuatro grandes grupos según el grado de amenaza que presenta para ellos la progresiva introducción de robots en los procesos productivos:
- Poco amenazados: tareas y trabajos poco repetitivos y poco complejos.
- No en peligro inmediato: tareas y trabajos no repetitivos y complejos.
- Amenazados: tareas y trabajos repetitivos y complejos.
- En desaparición: tareas y trabajos simples y repetitivos.
La falta de previsión política y social ante estas tendencias es para el escritor síntoma de que “no estamos preparados para esta digitalización”. “Debemos prepararnos para evitar una brecha robótica o tecnológica de desigualdad, también para el humano aumentado, el que se mezclará con la máquina”, dijo Ortega.
Al igual que sus compañeros y predecesores en el turno de palabra, Andrés Ortega apeló a “la educación como base esencial para crear un nuevo pacto sobre robótica que de forma a la nueva sociedad 5.0”, concluyó Andrés Ortega.
De este modo se dio por concluida la sesión T+ “¿Qué sabemos de los robots?” de la Casa de América. El vídeo completo de la sesión aquí:
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