¿Qué hace un transcriptor?
21 agosto, 2018 - Alberto Gomez Aviles
El trabajo como transcriptor es uno de los que más demanda ha experimentado valiéndose del importante desarrollo que están teniendo los medios sociales y las nuevas tecnologías. El papel de un transcriptor tiene importancia para muchas empresas y escuelas que necesitan que ponencias, jornadas o congresos que celebran sean transcritos por profesionales que se dedican a ello y aseguren los estándares de calidad que son exigibles (Post relacionado «Como ser egiptólogo. Requisitos, sueldo y cursos»).
Esta tarea son las que llevan a cabo los transcriptores, unos profesionales que en la actualidad es muy habitual encontrar que hacen su labor por cuenta propia bajo demanda. Es lo que se conoce como la figura del freelance o el trabajador autónomo. Muchos de estos profesionales trabajan por encargos que llevan a cabo desde casa, algo que reduce sobremanera los costes y hace que las personas que apuestan por ser transcriptores con esta modalidad no tengan que asumir grandes costes.
De todas formas, pueden existir transcriptores que se especialicen en determinadas áreas. En estos casos, el transcriptor está más cotizado y tiene la posibilidad de facturar cantidades más elevadas por sus servicios que aquellos que se dedican a transcribir cualquier tema. El perfil del transcriptor es uno vinculado en gran medida al ámbito de la lengua y la literatura y que atesora un buen nivel de cultura general. Además, un transcriptor acostumbra a tener interés tanto por la lectura como por la escritura.
Las salidas profesionales que tiene un transcriptor son muy variadas y la oferta que existe en el mercado suele ser constante. En cuanto a los sueldos de este perfil profesional, es una cuestión que varía y depende de múltiples factores. Como hemos señalado, no cobrará lo mismo un transcriptor especializado en alguna área o temática concreta que otro que trabaje de forma puntual en función de las ofertas que vaya recibiendo.
Tabla de contenidos
Qué hacen los transcriptores
Los transcriptores se dedican a transcribir información que se encuentre almacenada en distintos formatos como puede ser, por ejemplo, una cinta de audio. Para realizar su trabajo los transcriptores es normal que empleen un procesador de textos. Con el avance de la tecnología y de los programas informáticos, han aparecido herramientas que pueden pasar a texto un documento sonoro. Es decir, realizan el mismo trabajo que llevan a cabo los transcriptores.
Sin embargo, el grado de exactitud y exhaustividad que aporta a su trabajo un transcriptor que haga su función con profesionalidad hace que los programas de traducción no sean una competencia directa para los transcriptores. Esto se debe en gran medida a que los distintos matices y la complejidad que tiene la palabra en los distintos idiomas propicia que el papel de los transcriptores sea de gran valor porque aportará a su trabajo un nivel de eficiencia y eficacia que difícilmente podrán lograr los programas informáticos.
El valor añadido que aporta un transcriptor humano a sus trabajos se evidencia mucho también en las transcripciones que se realizan de campos concretos como pueden ser el legal, el médico o el económico. Por ejemplo, es muy habitual que las editoriales demanden los servicios de los transcriptores para pasar a texto documentos técnicos llenos de matices y términos específicos que hacen que el papel del transcriptor profesional se pondere mucho más que el que pueda realizar ningún programa.
Al margen del trabajo para editoriales, también es muy normal encontrar transcriptores que se dediquen a trabajar por su cuenta. En estos casos, los profesionales se organizan de forma independiente y son ellos los que deciden su volumen de trabajo. Acostumbran a tener una cartera de clientes como pueden ser políticos u oradores que se valen del trabajo de los transcriptores para repasar y mejorar discursos o ponencias que deban pronunciar en congresos o similares.
Escuchar y escribir
Dentro de lo que hace un transcriptor, resulta indiscutible reseñar que estos profesionales se dedican a escuchar y repasar con atención el material que deben transcribir. Este trabajo puede partir de la escucha de una cinta de audio o del repaso de cualquier otro dispositivo que le sirva al trabajador de la información que debe transcribir.
Por lo tanto, un procesador de textos es otra herramienta irrenunciable para un transcriptor. Este profesional también se dedica a revisar, editar e, incluso, mejorar el material escrito que va a entregar. Esto los transcriptores lo logran corrigiendo el texto y eliminando aquello que resulte accesorio y que pueda mermar la calidad del documento como pueden ser, por ejemplo, las redundancias o términos que tengan sentido en el uso oral de una lengua, pero que carezcan del mismo en el uso escrito del idioma.
Los transcriptores, además del procesador de textos, también emplean, como hemos apuntado, un sistema de reproducción de audio y otras herramientas que se pueden definir como auxiliares como son un ordenador, una conexión a internet o unos auriculares. Por lo que se refiere al sistema de reproducción de audio, resulta muy útil que ofrezca la posibilidad de amoldar la velocidad a las necesidades del transcriptor. De esta manera, le resultará al profesional mucho más sencillo teclear la información sin que se le escape ningún tipo de detalle que pueda ser de importancia.
Qué hay que estudiar para ser transcriptor
No existe un grado universitario específico para aquellos interesados en convertirse en transcriptores. No obstante, sí que es recomendable que los transcriptores presten atención a su formación. Por ejemplo, aquellos que tuvieran claro desde un primer momento que quieren dedicarse de manera profesional a la transcripción de textos, deben apostar por la rama de humanidades durante el bachillerato que cursen en el instituto.
Durante la etapa universitaria, carreras como lengua o literatura son muy aconsejables para los transcriptores porque les permitirán tener un contacto directo con los textos, que serán su principal herramienta de trabajo. Al margen de los estudios, los transcriptores es importante que tengan gusto por la lectura y la escritura. Es importante que estos profesionales se encuentren cómodos en la redacción de textos porque precisamente a ello se dedicaran en gran medida cuando trabajen como transcriptores.
Salidas laborales de los transcriptores
Un transcriptor tiene varias posibilidades para empezar a trabajar. Posiblemente, la más factible sea la de dedicarse a la transcripción general, o lo que es lo mismo apostar por la transcripción de todo tipo de géneros como pueden ser los vídeos, las reuniones, las películas, las llamadas de centralitas, las conferencias, las entrevistas o los discursos de personalidades. En la transcripción general los que contratan no suelen pedir unos conocimientos específicos a los profesionales.
Otra opción es la de la transcripción legal. En este caso, sí que es importante que el trabajador tenga conocimientos en derecho porque deberá enfrentarse a textos legales o documentaciones jurídicas. Por ejemplo, los transcriptores se pueden encargar de declaraciones, testificaciones o sesiones dentro de un juicio para reseñar lo que allí se diga.
Otro tipo de transcripción específica es la médica. Al igual que sucede en el caso de la legal, es importante que los profesionales tengan conocimientos previos y específicos del mundo sanitario porque los transcriptores deberán estar familiarizados con términos médicos. Por ejemplo, es habitual que fundaciones demanden la contratación temporal de transcriptores para que recojan por escrito todo lo que se diga en congresos médicos o jornadas del ámbito sanitario.
Salario de un transcriptor
Un transcriptor puede llegar a tener unos ingresos dignos al año si logra aglutinar un buen número de clientes que le reporten un volumen de trabajo constante que les permita tener una cantidad de encargos suficientes como para asegurarse su independencia económica.
El sueldo que puede lograr un transcriptor es muy difícil de calcular, pero algunos estudios señalan que un profesional que atesore cierta experiencia y reconocimiento dentro del sector puede llegar a facturar hasta 30 euros por cada hora de transcripción que realice. Por lo tanto, su ingreso definitivo por cada encargo dependerá de las horas de trabajo que deba dedicar para su realización completa.
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